Colaborando se puede hacer algo grande, asegura uno de los creadores de El rescate

En 1891, en el seno de una destacada familia de militares en El Salvador, nació José Arturo Castellanos, quien siguió los pasos de su padre, recibió la mejor educación militar y ascendió rápidamente de rango a coronel.

En 1938, mientras se desempeñaba como Cónsul en Hamburgo, Alemania, Castellanos fue testigo de la desesperada situación que vivían las personas judías. En 1941, se convirtió en Cónsul de El Salvador en Ginebra. Junto a su “Primer Secretario” George Mandel-Mantello, un empresario judío húngaro con quien entabló amistad en los años previos a la Segunda Guerra, Castellanos inició una de las mayores misiones de rescate.

La emisión de un solo documento podía salvar a una familia completa, debido a que El Salvador era considerado un país neutral durante la Segunda Guerra Mundial. La operación conocida como “Acción Salvadoreña” consistió en la distribución por medio de una red de correos diplomáticos de más de 13,000 documentos que certificaban la nacionalidad salvadoreña de personas judías que residían en Hungría, Rumania, Francia, Países Bajos y Alemania.

El coronel se jubiló en 1972 y regresó a El Salvador, donde llevó una vida tranquila hasta su muerte en 1977. En vida nunca se le otorgó reconocimiento por su espíritu altruista y de justicia que fueron la base para su labor de rescate.

Fue hasta 2005 que las hazañas de Castellanos salieron a la luz, cuando desenterraron de un sótano en Ginebra una maleta con miles de certificados salvadoreños originales, los cuales fueron enviados al Museo Conmemorativo del Holocausto en Estados Unidos, donde investigadores estudiaron a detalle los documentos y la operación de rescate.

El 3 de mayo de 2010, Yad Vashem, la institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto, reconoció a José Arturo Castellanos como Justo de las Naciones. Este honor se les ha dado a salvadores como el diplomático sueco Raoul Wallenberg y el reconocido empresario alemán Oskar Schindler.

Mantener vivo el legado: una misión de sus nietos

En 2013, Álvaro y Boris, nietos del coronel Castellanos, se vieron impulsados por el deseo de dar a conocer la historia de su “abuelito” al mundo y comenzaron a desarrollar un documental: The Rescue, en el que plasmaron una investigación sobre la vida y las hazañas heroicas del coronel Castellanos hasta convertirse en Justo de las Naciones.

La realización del documental los llevó por diferentes países donde Castellanos había estudiado y trabajado. También rastrearon y entrevistaron a personas judías que habían sobrevivido al Holocausto gracias a los certificados expedidos por su abuelo.

“Es una historia muy especial y muy única. Yo creo que lo más lindo de la historia es que mi abuelito junto con su amigo, estas dos personas que no eran de la misma religión, colaboraron y pudieron hacer algo mucho más grande de lo que pudieran haber hecho solos. Cuando nosotros enseñamos la película nos gusta hacer notar ese punto, pues colaborando se puede hacer algo mucho más grande”, comentó Boris Castellanos.

Apasionados no solo por la cinematografía sino también por la música, Álvaro y Boris decidieron complementar el documental con piezas musicales propias de la época y así darles vida a las imágenes. Con ello también honraron a su abuela, quien era una entusiasta de la música.

“Nos da mucho orgullo y nosotros como artistas también tenemos la responsabilidad de hacer algo, de contarlo. Hay muchas personas que ayudaron y creo que lo que más nos impacta es que sus respuestas fueron: ‘lo hice porque era lo natural, ayudar, lo podía hacer, por qué no lo iba a hacer’. Y también la música describe mucho al abuelo y a la abuela; es como el ambiente artístico en el que vivían ellos, es algo que viene de la cultura hispana”, expresó Álvaro Castellanos.

La película “The Rescue” y el concierto en vivo se han presentado en diferentes países. En México se proyectó el viernes 26 de enero en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, en el marco del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

Honrar a las víctimas a través de la música y la memoria

Durante la presentación de “The Rescue” en México, los hermanos Castellanos y un grupo de músicos interpretaron las canciones del documental utilizado instrumentos pertenecientes a personas que vivieron durante el Holocausto.

La fundación Instrumentos de la Esperanza, dedicada a la búsqueda y cuidado de instrumentos musicales relacionados con el Holocausto, prestó algunas piezas de esta colección para la presentación especial.

“La conmemoración parte de esta misión del Museo, para traer al presente, para hacer conciencia y para conmemorar a esas víctimas del Holocausto. Hay algunas cosas que nos recuerdan el Holocausto y que nos hacen recordar a la población que fue vulnerada. Durante el Holocausto una de las formas de resistencia espiritual fue la música. La asociación Instrumentos de la Esperanza ha confiado en el Museo para que forme parte de su misión”, comentó Adán García Fajardo, director académico del Museo Memoria y Tolerancia.

El Museo Memoria y Tolerancia realizó un convenio de colaboración con la fundación Instrumentos de la Esperanza, el cual consiste en resguardar los instrumentos musicales y mantenerlos con vida para seguir educando sobre el Holocausto.

El Rescate En Colombia

El jueves 20 de abril, los asistentes al Auditorio Fabio Lozano se deleitaron con la presentación del Film-Concierto: El Rescate. Documental escrito, dirigido y musicalizado por los hermanos salvadoreños Boris y Álvaro Castellanos, que cuenta la historia de su abuelo, el coronel José Arturo Castellanos.

Este documental de los hermanos Castellanos llegó a uno de los espacios culturales más importantes de Utadeo, con una presentación única que combinó la proyección del film con un emocionante concierto de jazz interpretado por el sexteto al que pertenecen los hermanos, nietos del protagonista de la historia.

A través de una investigación donde el par de hermanos se conectan con sus orígenes, se cuenta la historia del coronel José Arturo Castellanos, un salvadoreño que en la década entre 1940 y 1950 se desempeñó como cónsul de El Salvador en Ginebra, Suiza. Durante su gestión, Castellanos utilizó su cargo diplomático para emitir miles de visas a ciudadanos judíos para salvarlos del Holocausto.

El documental narra la vida del Coronel y su valentía para ayudar a los perseguidos por el régimen nazi. La historia se cuenta en las voces de los sobrevivientes, de sus descendientes, de la familia Castellanos y también desde una poderosa investigación documental, que prueba la perspicacia con la que actuó. Además, se destacan las dificultades que enfrentó Castellanos después de su carrera diplomática y cómo sus acciones heroicas fueron olvidadas por su propio país.

La presentación del documental, en conjunto con el concierto de jazz, agregó una dimensión emotiva al evento. La interpretación musical estuvo a cargo del sexteto liderado por Álvaro y Boris Castellanos -nietos del protagonista- quienes junto a los músicos colombianos que aceptaron el reto de interpretar estas piezas musicales, le dieron el toque perfecto de magia para acompañar esta narración audiovisual. 

El concierto en vivo durante la proyección del documental ofreció piezas musicales precisas con una combinación de jazz contemporáneo y melodías tradicionales salvadoreñas, todas compuestas para dar fuerza a momentos específicos de la historia, permitiendo tocar una profunda sensibilidad en los asistentes.

En definitiva, la presentación del documental El Rescate y la musicalización en vivo, le dieron a los espectadores una experiencia trepidante e inolvidable. Entre los asistentes se encontraban representantes de la Embajada de Alemania y líderes de las comunidades judías que no dudaron en expresar un profundo agradecimiento, en nombre de los sobrevivientes, a los hermanos Castellanos y al legado que representan.

Germany pays tribute to Salvadoran savior of tens of thousands of Jews - World Jewish Congress

Thu, 12 May 2016

Germany’s Foreign Office and the Centrum Judaicum Berlin held an event in the German capital in honor of José Arturo Castellanos Contreras, El Salvador’s consul-general in Geneva who during World War II helped to save tens of thousands of Jews from Central Europe from Nazi persecution.

Photo: Manuel Recinos

Felix Klein, special representative of the Foreign Office for relations with Jewish organizations, and José Atilio Benitez Parada, El Salvador’s ambassador in Germany, were present at the tribute, which included the screening of the film ‘The Rescue’ by Alvaro and Boris Castellanos. It documents their grandfather’s little-known but heroic acts during the Holocaust.

José Arturo Castellanos Contreras was a Salvadoran army colonel and diplomat who, while working as El Salvador’s Consul General for Geneva during World War II, and in conjunction with a Jewish-Hungarian businessman named György Mandl (George Mandel), helped save up to thousands of Jews from Nazi persecution by providing them with false papers of Salvadoran nationality.

Castellanos was born in 1893 the provincial city of San Vicente. After passing Military Polytechnic School Castellanos spent over 26 active years in the El Salvador’s military, eventually achieving the rank of Second Chief of the General Staff of the Army of the Republic. Subsequently he would serve as Salvadoran Consul General in Liverpool, England, Hamburg, Germany, and Geneva, Switzerland, from 1941 to 1945.

It was during his time as consul in neutral Switzerland that Castellanos was approached by a Transylvanian-born Jewish businessman named György Mandel. Castellanos, moved to help Mandel, made him an honorary diplomat and had papers of Salvadoran nationality prepared for him and his family.

In 1942, Castellanos became the Salvadoran consul-general in Geneva and appointed Mandel the consulate’s ‘first secretary’, a post that did not exist in reality. Mandel proposed to Castellanos that they issue Salvadoran documents to help save Jews, charging little or nothing, whereas the papers from some other Latin American countries are being sold for high prices. What started as a relatively small-scale distribution of Salvadoran visas, by mid-1944 became a mass production of nationality certificates.

The two men proceeded to secretly issue at least 13,000 "certificates of citizenship" to Central European Jews. The documents granted the bearers the right to seek and receive the protection of the International Red Cross and, eventually, of the Swiss consul in Budapest. These guarantees, in effect, saved thousands of Jews from Bulgaria, Czechoslovakia, Hungary, Poland and Romania from deportation to the Nazi death camps.

In international safe houses, the Swiss, acting on behalf of El Salvador, harbored thousands of Jews in possession of Salvadoran citizenship papers, or similar documents. Swedish diplomat Raoul Wallenberg’s parallel effort was underway in Budapest at this time, while the Swiss program was directed by Carl Lutz.

After the war, Castellanos was posted to London, and then retired. After returning to El Salvador, he died in the country’s capital San Salvador in 1977. He was recognized posthumously as Righteous Among the Nations by Israel’s Holocaust memorial Yad Vashem in 2010.

Salvadoran savior of tens of thousands of Jews honored in Germany

At least 25,000 were rescued from Nazi hands by diplomat Jose Arturo Castellanos’s false citizenship papers

An army colonel and diplomat from El Salvador who helped save tens of thousands of Jews from Nazi persecution during World War II by providing them with false Salvadoran identity papers was honored in Germany.

An army colonel and diplomat from El Salvador who helped save tens of thousands of Jews from Nazi persecution during World War II by providing them with false Salvadoran identity papers was honored in Germany.

The tribute to Jose Arturo Castellanos, who served as El Salvador’s consul general in Geneva, was held last week by Germany’s Ministry of Foreign Relations and the Berlin Jewish Center, the Elsalvador.com news portal reported.

The film “The Rescue,” which documents Castellanos’s little-known but heroic acts during the Holocaust, was screened to the audience, which included El Salvador’s ambassador in Germany, José Atilio Benitez Parada.

Yad Vashem representative Sandra Witte said that Castellanos, who was recognized posthumously as Righteous Among the Nations by the Israeli Holocaust memorial and museum in 2010, is a distinguished icon among all saviors.

“We can say that very few are like Jose Castellanos or Raoul Wallenberg, who have saved several thousands. And it happened in times that they say there was no margin for action and nothing could have been done. Castellanos proved something can be done,” Witte said.

Felix Klein, a German diplomat, said Castellanos’s example shows that denying the Holocaust is inconsistent.

“If a diplomat from a foreign country could be aware, many Germans could be, too,” he said.

While in Switzerland during World War II, Castellanos befriended George Mandel, a Hungarian-Jewish businessman. Castellanos appointed his friend, who adopted the more Spanish- or Italian-sounding name of George Mandel-Mantello, to serve as the consulate’s first secretary, a fictitious title.

They issued passports or visas identifying thousands of European Jews as citizens of El Salvador to save the holders from the Nazis. In 1944, this relatively small-scale distribution of Salvadoran documents became almost a mass production.

Eventually Castellanos realized that he could not issue the documents quickly enough to save most Jews. So he and Mandel-Mantello secretly distributed more than 13,000 “certificates of Salvadoran citizenship” to Central European Jews, which allowed them to receive the protection of the International Red Cross and eventually the Swiss consul in Budapest. Due to these efforts, now called the “El Salvador Action,” at least 25,000 Jews were saved.

Rinden homenaje en Berlín al "Schindler" salvadoreño - DW

El diplomático salvadoreño José Arturo Castellanos recibió un homenaje en Berlín por haber salvado a miles de judíos durante el Holocausto. Sus nietos Álvaro y Boris Castellanos presentaron el documental "The rescue".

Sala principal del Memorial de Yad Vashem.

Sala principal del Memorial de Yad Vashem.

Eva Usi

"Su actuación contradice a los que afirman que nada se sabía durante los años en los que la maquinaria nazi envió a millones al exterminio", destacó Félix Klein, encargado del gobierno alemán para las relaciones con organizaciones judías.

En una ceremonia en la biblioteca del Ministerio alemán del Exterior, Klein recordó la trayectoria del militar y cónsul salvadoreño José Arturo Castellanos, que luego de ser asignado a Liverpool, Inglaterra, fue enviado a Hamburgo y siendo cónsul general de El Salvador en Ginebra, Suiza, entre 1941 y 1945, expidió numerosos documentos de identidad que impidieron que miles de judíos fueran enviados a los campos de concentración nazis. El gobierno alemán y organizaciones judías rindieron un homenaje al llamado "Schindler" latinoamericano.

El cónsul Castellanos había recibido la orden de su gobierno de no expedir visas, así que en vez de visas empezó a expedir documentos de identidad salvadoreños a ciudadanos europeos de origen judío que ni siquiera hablaban español.

La primera familia a la que salvó fue a la de un empresario húngaro de origen judío llamado György Mandl, que cambió su nombre por el de George Mandel Mantello. "Fue una familia muy amiga de mi abuelo que lo ayudó a establecerse cuando llegó a Europa, pero luego le pidieron ayuda cuando comenzó la persecución nazi. Cuando vieron que funcionó decidieron ampliar la ayuda a más gente", afirma por su parte Álvaro Castellanos, nieto del diplomático salvadoreño. Mantello fue contratado como Segundo Secretario del Consulado de El Salvador en Ginebra, Suiza.

Fábrica de documentos en Ginebra

"El mismo Mantello tenía un taller en donde falsificaba los documentos, que luego eran reconocidos por los gobiernos de Hungría y Francia, que les ponían su sello. En esos países fue en donde la iniciativa tuvo el mayor éxito. Así salvaron a mucha gente", afirma.

Álvaro y Boris Castellanos presentaron el documental "The Rescue", que sigue los pasos de su abuelo en Ginebra y muestra los testimonios de familias rescatadas por él. Entre los testimonios figura el de su hija Yvonne Castellanos, que recuerda las dos veces que vio llorar a su padre.

La primera vez fue en Ginebra cuando George Mantello envió su sastre a su padre para que le hiciera un traje. Su hija le preguntó porqué tenía esas deferencias con él. "¿Qué te debe la vida? Me dijo que sí y se puso a llorar. En 1976 lo ví llorar otra vez porque no había logrado salvar a los judíos polacos".

Álvaro Castellanos, nieto de José Arturo Castellanos.

Álvaro Castellanos, nieto de José Arturo Castellanos.

Justo entre las Naciones

Castellanos fue reconocido como un "Justo entre las Naciones" por el Estado israelí en 2010, después de un largo proceso. El Memorial de Yad Vashem recopila material y testimonios que son verificados de manera individual. El diplomático salvadoreño es el único de su país en una lista que es actualizada constantemente. "Hay 587 alemanes que salvaron a judíos y son considerados Justos entre las Naciones hasta el 2016. Provenían de todas las clases sociales; eran médicos, artistas, maestros, trabajadores manuales, porteros, prostitutas, amas de casa, choferes", afirma por su parte Sandra Witte, responsable de las ceremonias de honor a los "Justos entre las Naciones".

Mientras que muchos de estos alemanes salvaron a título individual a una persona, a una familia, Castellanos salvó a miles, sin embargo todos son honrados sin distinción por el Estado y el pueblo judío. "Se trata de vidas humanas. El nombre de Castellanos está grabado en Yad Vashem y nunca será olvidado. El Talmud dice que cuando alguien salva a una persona salva a un mundo".

Witte señala que cuando se le pregunta a uno de los Justos entre las Naciones por qué ayudó a los judíos la mayoría reacciona con sorpresa. "A menudo responden con otra pregunta: ¿Qué otra cosa podría haber hecho?"

Auswärtiges Amt erinnert an Antifaschisten aus El Salvador

Berlin. Das Auswärtige Amt in Berlin erinnert an den salvadoranischen Diplomaten und Antifaschisten José Arturo Castellanos. Gemeinsam mit der Stiftung Neue Synagoge Berlin – Centrum Judaicum lädt das Ministerium am Dienstag dieser Woche zu einer Veranstaltung zu Ehren Castellanos ein. Eröffnet wird das Event durch den Sonderbeauftragten für die Beziehungen zu jüdischen Organisationen, Felix Klein, und durch den Botschafter von El Salvador in Berlin, José Atilio Benitez Parada.

Die Filmemacher Alvaro und Boris Castellanos präsentieren ihrenDokumentarfilm "The Rescue" über ihren Großvater José Castellanos.

Castellanos Name, schreibt das Auswärtige Amt, sei heute nur wenigen bekannt. "Aber es ist unbestritten, dass der Diplomat José Arturo Castellanos durch seinen Einsatz tausende Juden während der Shoah rettete", heißt es in einer Pressemitteilung zum Thema.

Castellanos war ab 1938 Konsul von El Salvador in Hamburg, von 1941 bis Oktober 1945 Generalkonsul in Genf. In dieser Zeit bestätigte er die angebliche salvadorianische Staatsbürgerschaft für tausende europäische Juden. Die Staatsangehörigkeitspapiere eines neutralen Landes boten Schutz und waren daher lebensrettend. José Castellanos wurde im Jahr 2010 von der israelischen Holocaust-Gedenkstätte Yad Vashem als "Gerechter unter den Völkern" anerkannt.

Castellanos war nicht der einzige lateinamerikanische Diplomat, der während des Holocaust tausende Nazi-Opfer rettete. Auch der mexikanische Konsul Giberto Bósques hatte während der Naziherrschaft rund 40.000 Menschen zur Ausreise über Südfrankreich verholfen. Bereits 2013 hat der damalige mexikanische Botschafter diese Politik als außenpolitische Linie der damaligen Regierung gewürdigt. Der Diplomat stärkte damit zugleich eine Initiative zur Benennung einer Straße in Berlin nach dem Nazigegner.

Bisher ist jedoch kein öffentlicher Platz nach einem der lateinamerikanischen Antifaschisten benannt.

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Artículo en La Nación - Edición Dominical - Costa Rica - 19 Abril, 2015

José Castellanos Contreras: El desobediente que salvó a miles

POR DANNY BRENES / danny.brenes@nacion.com - Actualizado el 19 de abril de 2015 a: 12:00 a.m.

Un cónsul salvadodeño puso en riesgo su vida con tal de salvar a 13.000 familias judías durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo logró la hazaña el Schindler centroamericano?

George Mantello se llamaba György Mandl. En algún momento entre 1942 y 1945, cambió su nombre por una cuestión de salud: cargar un apellido judío en el centro de Europa era, en aquellos años, poco recomendable. Decidió agregar una O porque supuso que la vocal le otorgaría a Mandl un tinte latino. Después de todo, su certificado de identidad aseguraba que su patria era El Salvador.

George Mantello fue el primero de decenas de miles de judíos que fueron rescatados por el coronel José Castellanos Contreras; el último a quien el coronel salvó no tiene un solo nombre, porque son todos los descendientes de aquellas familias a quienes Castellanos otorgó una oportunidad de escapar del régimen Nazi.

A 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial, el nombre de Castellanos no hace eco en balde. En el 2010, el Yad Vashem –el centro de investigación oficial de Israel sobre el holocausto y los crímenes cometidos contra los judíos por los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial– le otorgó a Castellanos el mayor honor posible: le designó Justo entre las Naciones, título que convierte al portador en ciudadano de honor del Estado de Israel y de la comunidad judía.

Foto cortesía de Blanca Castellanos 

Foto cortesía de Blanca Castellanos 

Castellanos, quien murió en 1977 en medio del anonimato y sin haber hablado en público más que una vez sobre su hazaña, probablemente hubiera recibido el honor con humildad, casi con timidez. Después de todo, como él mismo aseguraba, “¿Qué más podía hacer? ¡Salvar una vida!”.

En el nido del águila

Europa ardía cuando Castellanos fue designado cónsul de El Salvador en Ginebra, la capital de la siempre neutral Suiza. Alemania no cesaba en sus afanes imperialistas y la mancha oscura del fascismo se esparcía con celeridad por los rincones del continente.

Ser diplomático en aquellos años violentos no se trataba de honor: se trataba, casi, de locura.

En el 42, Castellanos albergó en su oficina a György Mandl, un comerciante venido de Transilvania, quien se convirtió en su primer secretario. Ambos se habían conocido la década anterior en Bucarest, la capital de Rumania, entablando negocios. Cuando la guerra estalló, Mandl consiguió escapar de los fascistas rumanos y se dirigió a Suiza, donde se reencontró con el coronel.

La relación entre ambos progresó al tiempo que el nazismo cobraba más y más víctimas. Ante la situación dramática de la familia de Mandl, Castellanos decidió otorgar a su secretario un certificado que aseguraba que él y su familia provenían de El Salvador.

Ya Castellanos había emitido pasaportes salvadoreños a judíos mientras trabajó, también como cónsul, en Inglaterra y en la misma Alemania.

Nada menos que un encuentro con la Gestapo sirvió para probar la efectividad de los papeles de su secretario: la nueva identidad latina de Mandl evitó que el máximo órgano policial nazi lo enviaran, junto a su familia, a los campos de concentración de Auschwitz, de donde difícilmente hubieran salido vivos.

Certificado de George Mantello y su familia, emitido por el coronel Castellanos. (HERMANOS CASTELLANOS PARA LA NACIÓN)

Certificado de George Mantello y su familia, emitido por el coronel Castellanos. (HERMANOS CASTELLANOS PARA LA NACIÓN)

“El régimen alemán podía deportar polacos y rumanos; gente que provenía de lugares que, por la invasión, ya eran parte de la jurisdicción nazi”, cuenta David Miremberg, vocero del Yad Vashem en Costa Rica.

Escapar de la Gestapo inspiró a Castellanos y abrió las puertas de su acto heroico: si los papeles de una familia engañaron a los nazis, ¿cuántas familias más podía salvar?

70 años más tarde, la cifra apunta a 13.000 familias: unas 40.000 personas.

Los nietos del coronel

Álvaro y Boris no conocieron a su abuelo.

Solo habían escuchado rumores sobre su mito: historias familiares que rebotaban de un sitio a otro, susurrando una gran gesta de otros tiempos. El relato hacía espejo en sus propias vidas: ambos salvadoreños, tuvieron que refugiarse en Canadá desde 1982, como consecuencia de la guerra civil que azotó a la nación vecina durante la década de los ochenta; hoy, ambos mantienen el acento anglosajón cuando hablan en su español natal.

Ambos hermanos visitaron días atrás Costa Rica con motivos de celebración: el Centro Israelita Sionista de Costa Rica decidió honrar la memoria de Castellanos, develando una placa en honor al Justo entre las Naciones; Castellanos es el único centroamericano que ha recibido dicho honor.

“Hemos pasado tanto tiempo investigando sobre nuestro abuelo que, aunque no lo conocimos en vida, siento que ahora lo conocimos mejor que al resto de nuestra familia”, cuenta Álvaro. Junto a su hermano, los nietos del coronel Castellanos han pasado los últimos años produciendo Abuelo El Salvador: El rescate de José Arturo Castellanos , un documental de próximo estreno que rescata y revaloriza los actos heroicos del abuelo.

 

Los nietos del Castellanos visitaron Costa Rica con motivo del homenaje a su abuelo. | FOTO: GABRIELA TÉLLEZ

Los nietos del Castellanos visitaron Costa Rica con motivo del homenaje a su abuelo. | FOTO: GABRIELA TÉLLEZ

El Estado de Israel ha reconocido a más de 25.000 Justos entre las Naciones, provenientes de 51 países distintos. El más famoso de ellos es el alemán Oskar Schindler.

Con el audiovisual los nietos pretenden hacer eco –“Memoria viva”, le llama Miremberg– ya no solo de las víctimas del holocausto sino también de los héroes que evitaron una tragedia aún mayor.

La investigación no solo les ha servido para recuperar un recuerdo, sino para mirar al presente y al futuro: “No hace falta estar en guerra para buscar el bien. No hace falta enfrentarse a la muerte para hacer lo correcto”, opina Álvaro. “Podemos ser héroes en la cotidianidad si tan solo ayudamos al prójimo”.

Esa, dicen los nietos del coronel, es la mayor lección que les queda de su abuelo: no importa el contexto, David siempre puede derrotar a Goliath.

La prueba mayor de ello la otorga la misma historia, el propio recuerdo del coronel salvador: Castellanos no era judío.

“No hay que temer a la desobediencia cuando esta es justificada por la razón y el bien común. Maximiliano Hernández Martínez, presidente de El Salvador durante la Guerra, prohibió a mi abuelo emitir las visas salvadoreñas”, recuerda Boris. “¿Qué hubiera pasado si hubiera obedecido a ciegas, sin antes razonar?”.